En su columna semanal “Salud y cosecha”, en el marco del programa “Salir por arriba”, Pedro Peretti habla de “El proyecto balanza”, amplía su concepto de controlar el comercio exterior y sigue con la lupa a Julián Domínguez
El tema es que las exportaciones en la Argentina no las pesa el Estado.
Unos meses atrás tuve una discusión con un funcionario que me decía: “¿Pero cómo Pedro, si se pesa?”
Sí, pero la pesan ellos, no nosotros. Ellos nos dan la información que quieren, por eso se subfactura, por eso el contrabando. Entonces, junto con el tema de las balanzas, el Estado debe recuperar la potestad de la información. Lo dijo Julián Domínguez en La Pampa, en estos días. Vamos a discutir sobre números concretos del Estado, no sobre los que te da la Bolsa de Cereales de Rosario, Buenos Aires, que son números interesados. Eso significa en la práctica ir al almacén a comprar con el libro escrito por el almacenero, como decía Don Arturo Jauretche. Esa es la explicación práctica del axioma jauretchiano.
Esto es muy importante. ¿Cuánta soja se siembra, cuánto maíz, cuántas vacas hay? Son informaciones que debe tener el Estado Nacional para discutir con los sectores del campo privado. No puede ser que el Estado discuta con los números que le dan los privados. Cuando les conviene hay 50 millones de cabezas de ganado. Cuando no les conviene hay 40 millones. El área sembrada te la discuten ellos. ¿Cómo sabés el área sembrada? Después las proyecciones de siembra, de exportaciones. ¿Coinciden después lo que se sembró con las exportaciones? ¿Con el rinde promedio con la cantidad que hay guardado en los silos? ¿Cuánto hay en los silos bolsa? Hay un montón de información que es clave para hacer política pública agropecuaria y que el Estado argentino no maneja porque ha cedido esa potestad a terceros y es muy importante que la recupere.
La balanza es una de ellas. Por eso nosotros decimos balanza, pero attenti, 50 metros antes de cada puerto. El detalle es más importante que el concepto. Porque éstos te ponen la balanza adentro y después ponen de balancero al primo hermano del ceo de Cargill o justo cuando están cargando el barco se quedó dormido, o lo llamó la mamá y fue atender un mensaje de la mamá y cuando cargó el barco salió de ahí y cambió el auto.
Vamos a pesar bien, no nos vamos a hacer trampa entre nosotros.
Entonces, ponemos la balanza 50 metros antes, la televisamos en tiempo real, la filmamos en tiempo real, la mandamos a una central que esté en AFIP, rotamos eso, controlamos la cámara. Todo lo que se puede hacer , porque hoy hay tecnología para hacer todo. Tenemos hasta satélite propio que nos va a indicar la trasabilidad de esa soja, a qué barcos va, cuánto queda en los silos de la exportadora.
Se pueden hacer bien las cosas si se quiere y se tiene un poco de patriotismo.
Nosotros lo venimos planteando hace mucho tiempo. Nuestra lucha es pesar a los monopolios y medir a los latifundios, que es otro tema no menor. Quién es el dueño de la tierra. Tema tremendo en la República Argentina. Es más fácil encontrar la fórmula de la Coca-Cola que medir el latifundio en la República Argentina.
Es nuestra lucha contra los molinos de viento, porque la verdad, que el 99.99% del periodismo argentino está a favor de los monopolios y los latifundios, hablo del periodismo agrario. Y quienes quedamos de este lado de la vereda hablando somos muy poquitos.
No me gustóel proyecto de ley que se presentó la semana pasada, lo del Consejo Agrobioindustrial, para nada, porque va en el estricto sentido contrario a lo que estamos planteando y hablé con algunos funcionarios de primer nivel, no con el ministro Domínguez, sino con otros ministros, quienes también estaban preocupados por la ley que se envió al Congreso y por introducir modificaciones a esa ley porque es muy peligrosa, y el propio Presidente, en la presentación de la ley, se contradice con la misma. Porque presenta la ley diciendo que hay que ir contra los monopolios alimenticios, que el aumento de los precios y envía una ley al Congreso que es la profundización de los monopolios. Más monopólico sos, más grande sos, más ventajas impositivas te doy. Es un contrasentido.
Me parece que hay mucha confusión en el tema de los alimentos y mucha confusión en el tema agrario, no en Domínguez que la tiene muy clara, pero sí en el equipo económico, en el círculo que rodea al Presidente, porque no conocen el país que están gobernando. Lo hemos dicho muchas veces. Guzmán no conoce el país que gobierna. Béliz, no conoce el país que gobierna. El ministro de Trabajo no conoce el país que gobierna. Son todos muchachos muy buenos, deben ser muy capaces, no los conozco, pero que viven a diez cuadras del Obelisco o no cruzaron jamás la General Paz.
Una política pública, es todo lo que el Estado hace y todo lo que el Estado no hace. No hacer también es una política pública. No pesar a los monopolios y no medir a los latifundios, es una política pública. Y de eso también el campo nacional y popular debe hacerse cargo, porque nunca lo planteó. Nunca planteó pesar y medir. Nunca planteó mensurar la política económica. Siempre se mensura la cuestión financiera. Mandamos esta ley. No hay una sola posición que indique o diga: “Nosotros vamos a dar beneficios fiscales a las empresas que no tengan posición dominante en el rubro alimenticio, que están pidiendo mengúe el tema fiscal”. No hay una sola palabra.
Las granjas chinas es la legalización del monopolio en la producción de carne porcina. La destrucción de miles de pequeños productores, legalizando el monopolio. Todo es en ese sentido.
Mandamos esta ley agroindustrial que no contempla la cuestión ambiental. Lo dice en el título pero no lo dice en ninguno de los ítems. Que la cuestión ambiental es un tema decisivo.
No plantea el problema de los monopolios. ¿Cómo le voy a dar incentivo fiscal a un monopolio? Se lo doy a alguien que quiera romper el monopolio. No habla de la ocupación geopolítica del territorio. No dice dónde va a estar esa empresa.
Recuerdo los diferimentos fiscales en la época de Menem (Carlos), y fue muy superior a esto. Porque decía que iba a haber diferimento fiscal, no pagabas el IVA, lo pagabas en los próximos diez años si hacías una inversión en Catamarca, La Rioja, San Luis, estoy hablando de diferimento impositivo, no de la Ley de Promoción Industrial, que se sancionó en el 73 y es otra cosa, que era la ley de reparación histórica de La Rioja, Catamarca, San Luis. Y ese diferimento impositivo se ubicaba en una zona geográfica localizada, específica, en una zona que necesitaba poblarse.
Acá nada. Es una de las leyes más pobres y más torpe. Ahora la única alternativa que queda es ir al Congreso y hacerla de nuevo ahí.
Me parece importante que estemos claros con esto. Porque ahora las empresas te dicen: “Voy a invertir más en la zona de Rosario”. No me genera empleo, nada. Veinte, cincuenta puestos de trabajo.
Es una ley muy mala que parte de un desconocimiento verdadero de la situación. Quiero decir, parte de construir esta ley en concordancia con los intereses y conceptos del neoliberalismo agrario que domina la política agropecuaria argentina de los últimos cuarenta años.
Por último, y creo que es importante, quiero resaltar las declaraciones del ministro Domínguez en La Pampa, porque aclara algunas cosas. Fija tres o cuatro conceptos, que deberíamos tener en cuenta:
1) “No permitiremos que las exportaciones comprometan el acceso de los argentinos a la carne”. Una definición muy clara. Primero el consumo, lo que sobra se exporta.
2) “El mercado no va a condicionar nuestras políticas. No somos liberales”. Es muy importante que el funcionariado argentino entienda que lo primero es el pueblo. Después es el FMI, las cuestiones financieras.
3) “Hay que encontrar una relación técnica entre exportaciones y consumo en el tema de la carne”. Y declara “bienes sociales” al maíz, al trigo y a la carne. Esto es muy importante porque son insumos difundidos. La harina es un insumo difundido en la alimentación rgentina; el maíz es un insumo difundido para producir alimentos en la República Argentina. Cerdo, pollo, huevos, vaca, dependen del maíz. Es muy importante tener este concepto y armemos una nueva política alimentaria en base a la producción de pequeños y medianos productores y no en base a los diez o doce grupos económicos de siembra. Lo más importante que nosotros hemos publicado en nuestro espacio y pueden fijarse ahí. Grupos que siembran 100 mil, 200 mil, 300 mil hectáreas, que son un atentado a la soberanía y seguridad alimentaria de los argentinos.
Para terminar, en materia de carne debe haber una relación que nunca se pueda exportar más del 20% con los números que tenemos ahora. Si se aumenta la producción podremos exportar más.
Con estos números: 80% para el mercado interno y 20% para exportación van a estar bien atendidos ambos.
¡Salud y cosecha!